Se
preparan actos contra el Acuerdo comercial anti-falsificación (ACTA, por
sus siglas en inglés) en más de 20 países durante este fin de semana.
La firma del tratado por parte de la UE a finales de enero en Japón ha
confirmado los rumores que desde hace años ha desatado en la red las
negociaciones secretas.
Desde hace años se alerta, especialmente en la red, de
que países como EE UU, México, Japón, Nueva Zelanda o los de la Unión
Europea, entre otros, están negociando un acuerdo antipiratería mundial
que implementará "un marco legal que abandona la presunción de inocencia a favor de la presunción de culpabilidad.
Un marco, además, que sanciona la intervención directa de las empresas
privadas en la aplicación de la ley", como explicaba Simone Santini en
Diagonal al conocer uno de los primeros borradores filtrados en 2008.
Un texto que además se ha negociado en secreto como
si de un acuerdo militar se tratara, y no de algo comercial, y por el
que se podrían cerrar páginas webs sin autorización judicial y sin
notificar al acusado. Sus consecuencias no sólo se notarán en la red,
sino que se podrían declarar ilegales medicamentos genéricos si las farmaceúticas lo consideraran oportuno o
ser una herramienta de control para que sea más difícil de escapar de
las semillas con patente, como las de Monsanto, que sí ha estado
invitada en las negociaciones.
A finales de enero, 22 países de la Unión Europea
firmaban en Japón el ACTA, cómo no de la forma más secreta posible. Pero
más allá de una nueva amenaza, parece la gran oportunidad para su
paralización: en Japón no estuvieron representantes de Chipre, Estonia, Eslovaquia, Alemania y Holanda.
Además, en septiembre de 2011 el Senado mexicano rechazó este acuerdo
transnacional, aunque en los últimos meses se intenta derogar esta
oposición, además de aprobar una nueva ley de derechos de autoría, la Ley Döring.
Tras conocer la firma en Japón, se han convocado para este sábado 11 de febrero movilizaciones en 23 países,
la mayoría de ellos pertenecientes a la Unión Europea. Además ya hubo
movilizaciones el fin de semana pasado en Alemania, Irlanda o Polonia y
hay convocadas el día 25 en Suecia y Dinamarca. En el Estado español,
hasta el momento sólo existen convocatorias en Madrid,
a las 12h frente al Ministerio de Cultura (plaza del Rey), y en
Valencia, a la misma hora en la plaza del Ayuntamiento. Mientras, se preparan acciones para el 1 de marzo, cuando entrará en vigor la Ley Sinde-Wert.
Unas reacciones que ya han tenido efectos en Polonia y la República Checa, donde sus mandatarios han afirmado que suspenderán el acuerdo,
a lo que también se ha comprometido el nuevo presidente de Rumanía
cuando llegue al poder. La firma del ACTA tendrá que ser ratificada por
el Parlamento Europeo, presumiblemente en junio, por lo que las
movilizaciones tienen tiempo para influir en la opinión de los europarlamentarios y
lograr que por segunda vez, como ya ocurrió en septiembre de 2010, el
Parlamento no apoye este acuerdo. En dos semanas, prácticamente dos
millones de personas han firmado en contra de su aplicación en la plataforma de ’clicactivismo’ Avaaz.
Movilizaciones que han resultados victoriosas en muchas
ocasiones en esta batalla por considerar el intercambio de productos
culturales en la red como piratería por parte de la industria y de los
estados. Gracias a Wikileaks supimos que legislaciones como la Sinde,
Hadopi o SOPA/PIPA eran básicas para aprobar globalmente el ACTA. Pero todas estas legislaciones no se han aplicado tan fácilmente. La Casa Blanca ha paralizado la aprobación de SOPA/PIPA; en Francia, la Hadopi no ha llegado hasta el final
y sólo se han mandado advertencias, pero nadie ha sido denunciado; y la
ley Sinde-Wert entrará en vigor el 1 de marzo, pero ya ha sido
desactivada con lel Manual de Desobediendia a la Ley Sinde, que recoge como saltarse todos los métodos de censura que se han aplicado en la red, y con acciones como la #tablasinde de David Bravo en el Festival de Donosti.
Si la solución se busca por la vía policial, entonces el FBI cierra Megaupload y secuestra todos los archivos allí alojados, pero la red lo tiene claro y vuelve al tradicional P2P. Los intentos por controlar la red no han sido efectivos hasta ahora, gracias a la respuesta social, ya sea de forma virtual o en las calles como ocurrirá durante este fin de semana.
Héctor Rojo Letón
Fuente: DiagonalNet
Fuente: DiagonalNet
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