Para
que vamos a mentirnos, si existen dos Españas y no me refiero a las
Españas de izquierdas o derechas. Me refiero a las Españas de aquellos
que quieren evolucionar y buscar un futuro mejor y la España de aquellos
que quieren involucionar a tiempos que creíamos ya olvidados y que
algunos tan siquiera conocimos y que tan malos recuerdos traen a
nuestros mayores. A golpe de porra y autoritarismo están
reviviendo aquellos fantasmas que mucha gente, creía olvidados, el
totalitarismo, la mordaza al derecho de expresión y el pisotear la
dignidad de las personas.
Es el momento de tomar partido por una de esas dos Españas, no jugamos
mucho, nos jugamos la libertad de poder decidir o como mínimo expresar
lo que pensamos. Ya que parece ser que no tenemos ya el poder de decidir
sobre nuestro futuro, están intentando aniquilar lo poco que le queda
al ser humano que es el poder expresar y revolverse contra las
injusticias que unos pocos intentan imponer al resto, basadas en la
codicia y la violencia sistemática.
La última frontera, el ultimo derecho del ser humano, la primordial
libertad está en poder pensar lo que cada persona quiera y hasta eso,
nos están intentando quitar. Una vez perdido eso no quedara nada más y
aniquilaran al ser humano por completo, que no será nada más que otro
diente en el engranaje de la máquina de asesinar sueños.
Nunca pensé que pudiera sentir vergüenza de mi país, pero la voracidad
de los mercados, la reforma laboral, la violencia ejercida por las
autoridades en valencia contra adolescentes, que en el peor de los casos
su único delito ha sido expresar en alto y en la calle su indignación
por los recortes y por negarles un futuro, por el cual sus mayores hemos
luchado y por los cuales, deberíamos de seguir luchando con ellos, codo
con codo, pero sobre todo por la soberbia de los gobiernos, que se
amparan en el eufemismo del “interés general” para quitar a la mayoría
de sus ciudadanos sus más básicos derechos.
No solo me da vergüenza, también me da miedo, miedo de ver cómo se van
perdiendo todos los rasgos que nos distingue, miedo porque en esta
escalada de la sin razón, cada vez se sube una peldaño más, miedo porque
una de las más esenciales características de los seres humanos la razón
ha llegado a ese punto donde nos preguntamos todos los días si lo que
pasa y sucede es razonable.
Cuando es imposible encontrar argumentos ante esta sin razón, cuando la
desesperación de miles de ciudadanos clama justicia, cuando se intenta
acallar esas voces con golpes. Recuerdo la frase “el infierno es la
imposibilidad de la razón” y me doy cuenta de que en estos momentos el
mundo está en llamas.
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