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lunes, 19 de marzo de 2012

Más de 200.000 jóvenes españoles abandonan el país por la crisis


La falta de oportunidades de empleo provoca la salida

Más de 200.000 jóvenes españoles abandonan el país por la crisis

La dificultad para encontrar empleo en los últimos años ha movilizado a los jóvenes españoles, que han salido a buscarse la vida en el extranjero o han prolongado su formación superior. Entre octubre de 2007 y octubre de 2010 salieron del país 205.526 personas, y solo en los últimos 12 meses lo hicieron casi 97.000, según el censo de españoles residentes ausentes.


Los jóvenes salen al extranjero en busca de oportunidades laborales .- 











La crisis ha golpeado al empleo. Pero con especial virulencia al empleo de los jóvenes: las tasas de paro de los menores de 30 años se han triplicado en algunos tramos de edad, sin hacer grandes distinciones en los niveles de formación de los distintos colectivos. Pero los más preparados han optado por buscar oportunidades en otros mercados de trabajo menos castigados que el español: en los tres últimos años más de 200.000 personas, mayoritariamente jóvenes, han abandonado el país.
Desde octubre de 2007, cuando la crisis comenzó a reflejarse en la ocupación, el número de españoles censados en los registros españoles ha descendido en 205.526. La contabilización más fidedigna de este fenómeno es el censo de electores españoles residentes en el extranjero, elaborado por la Oficina del Censo Electoral. Este registro contabiliza a primero de octubre de 2010 1.389.916 españoles residentes en el extranjero, mientras que a primero de octubre de 2007 contabilizaba 1.184.390, con un avance de los citados 205.526. En términos relativos el aumento es de un 17,35% en sólo tres años.
Este colectivo de españoles residentes en el extranjero ha acelerado su crecimiento en los últimos años. Así, mientras que en el último trienio ha avanzado en los citados 205.526, en el trienio comprendido entre 2004 y 2007 solo avanzó en 78.404 personas. Y tomando el periodo de los cinco últimos años de bonanza económica, desde octubre de 2002 a octubre de 2007, al avance de este colectivo de españoles residentes fuera pasa de 1.047.226 a 1.184.390, con un aumento de 137.164, a una media anual de sólo 27.432 expatriados al año. Esta cifra es muy inferior a la que en el último trienio ha abandonado España: 67.508 cada año de media. Pero esta media está conformada por colectivos crecientes, ya que hace tres años, en 2008, solo dejaron el país 49.578 personas mayores de 18 años (recordar que son electores), por los 59.161 que lo dejaron en 2009, o los 96.787 que salieron entre octubre de 2009 y octubre de 2010 para establecerse por un periodo dilatado fuera de España. Por tanto, es lógico interpretar que las dificultades para encontrar empleo en España han forzado a un número muy importante de trabajadores, cualificados normalmente, a buscar oportunidades fuera del país.
Esta cantidad se ha duplicado, como lo ha hecho la tasa de desempleo en general, pero entre los jóvenes en particular, y más aún en los que tienen altos niveles de preparación técnica, profesional o intelectual. La tasa de desempleo del colectivo de 20 a 29 años ha pasado del 12,31% de media en el primer trimestre de 2007 al 30,53% ahora, según revela la encuesta de población activa. (En el mismo periodo la tasa de paro general ha avanzado desde el 8,5% al 20%).
Entre los jóvenes con educación superior, con la exclusión de los doctorados, la tasa de desempleo actual es del 29% para los que tienen hasta 24 años, y del 19% para los que tienen entre 25 y 29 años. Pero respectivamente al inicio de 2007 eran del 11,8% y del 6,8%, siempre según los datos de Estadística.
Si es cierto que los jóvenes con estudios tardaron menos tiempo en encontrar empleo en el año 2009 que aquellos que tenían una formación más limitada. En todo caso, en términos generales la crisis provocó que la mitad de los jóvenes de entre 16 y 34 años con estudios tardaran al menos un año en encontrar un empleo.
Periodos formativos más largos
Otro comportamiento que ha generado la crisis entre la población juvenil, y como consecuencia directa de las dificultades para encontrar empleo, es el alargamiento del periodo formativo. Solo en los 12 meses transcurridos desde octubre de 2009 a octubre de 2010 las mayores pérdidas de ocupación se concentran en las personas de menos de 34 años, con caídas de más del 7% en los colectivos de entre 20 y 30 años, y cercano al 30% entre el colectivo más jóven, entre 16 y 19 años.
El alumnado matriculado en las pruebas de acceso a la universidad española en 2009 llegó a 230.316 personas, con un avance del 5,6% sobre el año 2008, con un cambio de tendencia radical sobre el comportamiento de los cuatro años anteriores, en los que se producía un descenso paulatino pero continuado del número de alumnos.
En 2009 se vuelve a una cifra superior a la de 2004 (227.000 matriculados), pero inferior aún a la de alumnos matriculados para la selectividad en 2003, que superaron los 240.000. La buena marcha de la economía hasta el año 2007, con oportunidades abundantes en el mercado de trabajo, ha reducido el colectivo de españoles que agotan su itinerario formativo preuniversitario.

Saldo inmigratorio

El saldo inmigratorio aún ha sido positivo en el último año, a juzgar por las últimas cifras del padrón municipal. A 1 de enero de 2010 vivían en España 5.708.940 ciudadanos extranjeros, frente a los 5.648.671 de enero de 2009. Un incremento de 60.269 personas. Únicamente los colectivos oriundos de Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y Brasil han registrado descensos en el año; entre todas estas nacionalidades han abandonado España en el año 75.161 personas. Todos los demás colectivos han aumentado en número, con presencia creciente de los europeos.

Una quinta parte de los doctorados sale de España

Si la crisis ha empujado más allá de la frontera a los jóvenes y a los jóvenes muy formados, ha sido especialmente dura con la élite más cualificada, especialmente la que se dedica a la investigación en cualquiera de los campos del conocimiento. En concreto en la última década uno de cada cinco doctores españoles se ha ido a vivir temporalmente fuera del país, y más de la mitad de los que lo hacen señala como principal motivo para hacerlo el trabajo, sobre todo la mayor posibilidad en el exterior de realizar publicaciones o desarrollar sus tesis doctorales, según la última encuesta de movilidad internacional de los recursos humanos.
Además, como revela también esta encuesta, al cierre de 2009 el 12,5% de los doctores que estaban en el país tenía intención de marcharse fuera, generalmente por motivos académicos. El regreso de los doctores fue generalmente por motivos personales o familiares (un 37%) y factores relacionados con el empleo (29%).

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