Muchos argentinos sintieron revivir el fervor nacionalista
después de que la presidente Cristina Kirchner hiciera su sorpresivo
anuncio de la nacionalización de YPF luego de veinte años de control por
parte de la petrolera española Repsol.
¡Los españoles, británicos y los medios de difusión occidentales están
furiosos con la Argentina! El presidente de Repsol, Antonio Brufau,
indicó que Argentina “tendrá que pagar el precio correcto por estas
acciones equivocadas”. La calificadora de riesgos Moody redujo la
clasificación de la acción de YPF de B3 a Ba3; el 'premier' español,
Mariano Rajoy, declaró que Argentina se “enfrentará al aislamiento
diplomático y a la paralización de las inversiones”.
¿De qué se trata realmente?
En primer término, no nos dejemos confundir por el discurso
aparentemente “nacionalista” de la presidenta Kirchner, ya que para
poder expropiar y nacionalizar a YPF hoy, fue primero necesario
privatizarla ayer. Eso ocurrió en 1992 bajo la presidencia del Carlos
Menem, y fue debidamente orquestado por su ministro de economía Domingo
Cavallo dentro del marco de la capitulación argentina ante los Dueños
del Poder Global, según lo describiéramos recientemente en: http://actualidad.rt.com/mas/blogs/salbuchi/blog_38194.html.
En aquel entonces, para poder privatizar YPF a favor de Repsol de
España, Menem necesitaba contar con el apoyo de las ocho provincias
argentinas productoras de petróleo, una de las cuales es la de Santa
Cruz, en el sur patagónico, cuyo gobernador por esos días era Néstor
Kirchner, mientras que su esposa (y actual presidenta) Cristina, era
diputada nacional por Santa Cruz.
Los Kirchner prestaron su acuerdo a apoyar la privatización predatoria
de YPF si el gobierno Menem le pagaba a Santa Cruz 654 millones de
dólares en viejos royalties mal liquidados de YPF. Menem y Cavallo
rápidamente prestaron su acuerdo; los Kirchner recibieron sus 654
millones de dólares en abril de 1993, que inmediatamente sacaron del
país depositándolos en bancos extranjeros en paraísos fiscales y….
¡desde hace 19 años que no se sabe nada más de ellos!
No habrá de sorprender, entonces, que ello coincidiera con el inicio de
la carrera política super-meteórica de los Kirchner, y su repentino y
grosero enriquecimiento personal.
Desde hace años, una parte importante y creciente de la opinión pública
argentina viene presionando para que se lleve a cabo una investigación
seria y profunda respecto de qué pasó con aquellos cientos de millones
de dólares –auténticos “desaparecidos” de los Kirchner– mas nada se ha
logrado: los tribunales argentinos, diversas ONG locales como Poder
Ciudadano, el Defensor del Pueblo, la Oficina Anticorrupción y los
multimedios locales jamás quisieron saber nada con meterse en este
asunto. ¡Así son las cosas bajo la “democracia” argentina!
Muchos sospechan que gran parte de aquellos fondos desaparecidos fueron
reciclados y se los trató de blanquear hacia fines de 2007, cuando los
Kirchner –en extraña sincronización con Repsol que luego de años de
expoliar a YPF quiso tomar cierta distancia, dadas las enormes
inversiones que la explotación del petróleo tipo 'shale' demandan–
maniobraron para que el 14,9% de las acciones de YPF fueran vendidas a
Eduardo Eskenazi, banquero local, financista y socio informal de los
Kirchner.
Al poco tiempo, en febrero 2008, otro 10,1% fue adquirido por el Sr.
Eskenazi, llevando sus tenencias en YPF al 25%: un jugoso negocio para
él (y sus “desconocidos socios”), ya que vienen 'pagando' por esa
inversión… ¡con los beneficios de la propia YPF!
Los “amigos” españoles de los ingleses
Muchos observadores dentro de la Argentina y en el exterior creen ver
una conexión entre Repsol y el Reino Unido; más puntualmente con la
petrolera británica British Petroleum, pues Repsol pudo haber actuado
como una suerte de testaferro de los ingleses viabilizando elegantemente
la privatización de YPF en 1992 a intereses británicos.
Claramente, hubiera quedado muy feo que YPF, perla de la corona de
empresas públicas argentinas y símbolo del fervor nacionalista
argentino, se hubiera vendido a los “piratas ingleses que usurpan
nuestras Islas Malvinas”. ¡Cuán oportuno entonces que los amigos
españoles de los ingleses aparecieran en escena!
Después de todo, España es la 'Madre Patria' de Argentina, ¿no?
Claramente, España jugó un papel geopolítico fundamental en el “proceso
privatizador” menemista, seguramente reflejando los vínculos
tradicionalmente estrechos que existen entre Borbones españoles y
Mountbatten ingleses.
En aquél momento, el caso prueba -el leading case, como dicen
los norteamericanos– para iniciar el proceso de privatizaciones fue
cuando la línea aérea española Iberia 'compró' a Aerolíneas Argentinas:
¡insólita privatización considerando que Iberia es una empresa del
Estado español!
En fin: un detalle nimio que no evitó que Iberia inmediatamente
procediera a vaciar y destruir a Aerolíneas Argentinas, llevándose de
vuelta a la 'madre patria' repuestos, turbinas, aeronaves, simuladoras
de vuelo de alta tecnología… Un despreciable robo perpetrado por godos
ingratos que olvidaron que la Argentina de Perón le dio de comer a la
España de Franco luego de la Segunda Guerra Mundial y… ¡un mal presagio
para la pobre YPF!
¿Quiénes son realmente los dueños de YPF?
Con esta expropiación por parte de Cristina Kirchner, los dueños de YPF
quedarían como sigue: 26% del Estado Nacional Argentino; 25% de las
ocho provincias argentinas productoras de petróleo; 24,5% del grupo
financiero local Eskenazi, íntimamente ligado a los Kirchner y su tropa;
6,0% de la Banca Lazard Freres; 5% de Eton Park: Goldman Sachs,
Minsich, Rosemberg; 2% del Grupo Werthein y 6,5% de Repsol.
Resulta interesante observar que esta estructura accionaria dejaría el
44% de YPF en manos de entidades salidas del más íntimo riñón áureo de
las finanzas internacionales, que mantiene notorios apetitos
geopolíticos y territoriales sobre la Argentina, notablemente aquellos
relacionados con el sionismo.
YPF: la 'Vaca Lechera' de Repsol
Los argumentos oficialmente esgrimidos por la presidente Kirchner para
expropiar YPF dan cuenta del vaciamiento perpetrado por Repsol, que
expolió los activos financieros de la empresa, la falta de inversión e
insuficiente producción y exploración que terminó obligando a la
Argentina a importar combustibles. El decreto presidencial se refiere a
“la estrategia de carácter predatorio ejercida por Repsol como
controlante de YPF, que tuvo serias consecuencias para la economía
nacional y seguramente se profundizará si el Estado no toma intervención
en el funcionamiento de la Empresa”.
Es verdad: hasta ahí todo bien, pues Repsol efectivamente le impuso a
YPF una “estrategia de reducir sus niveles de producción”, generando así
por primera vez en 17 años un déficit comercial en materia de petróleo y
gas, que le costó al país más de 3.000 millones de dólares. En verdad,
en 1997 YPF proveía el 42% del petróleo argentino y el 35% de su gas
mientras que en 2011, esos niveles habían caído al 34% (petróleo) y 23%
(gas).
Según da cuenta un despacho de la agencia de noticias británica Reuters
fechado el 16 de abril, en 1999 Repsol tomó la “decisión desastrosa” de
fusionarse con YPF, ya que al poco tiempo, en 2001 y 2002, Argentina
cayó en el peor colapso financiero de su historia.
Eso “hizo que YPF, de ser la 'perla de la corona' de Repsol terminara
siendo un torpe albatros, aunque siguió brindándole a Repsol
sustanciales flujos financieros que reinvirtió en otras partes del
mundo. El uso y abuso que hizo Repsol de YPF utilizándola como 'vaca
lechera' ('cash cow') irritó al Gobierno, y la venta parcial de
la empresa no mejoró las cosas”. De manera que “Repsol prefirió
expoliar a YPF llevándose sus dividendos en lugar de invertir en la
misma”.
Como con todo tema complejo, el caso de YPF no puede definirse en
términos absolutos como blanco o negro. Sin embargo, sopesando un cúmulo
de factores, se puede decir que la decisión de Kirchner de nacionalizar
y expropiar YPF conforma una decisión correcta (debido a que la
Argentina debe ejercer control soberano sobre sus reservas e ingresos
petrolíferos), tomada por las personas equivocadas (dado que los
Kirchner son directamente responsables de haber permitido y posibilitado
la catastrófica y fraudulenta privatización de YPF a favor de Repsol
hace 20 años, por cuyo comportamiento fueron compensados con una enorme
cantidad de dinero por Menem y Cavallo), y por las razones
equivocadas (los Kirchner necesitan imperiosamente acceder a los flujos
financieros y garantías de YPF para que la Argentina pueda seguir
pagando los montos crecientes y cada vez más impagables de su deuda
pública, lo que coloca a la Argentina más y más bajo el control férreo
de los poderosos del dinero global).
Sucumbiendo ante las demandas de los mega-bancos globales, en lugar de
llevar a cabo una profunda y completa investigación de la Deuda Externa
argentina –cuyas raíces se remontan el régimen ilegal cívico-militar que
usurpó el poder entre 1976 y 1983, y buena parte de la cuál puede
declararse como 'Deuda Odiosa' bajo la ley internacional– los Kirchner
prefirieron el camino más fácil de seguir pagando y pagando…
Es así que a medida que se les fueron secando sus fuentes de dinero
para pagar la deuda, se vieron obligados primero a nacionalizar los
fondos de pensiones AFJP en 2008, y luego a usar cada vez más las
reservas del Banco Central. Nuevamente, dos medidas
soberanas correctas, tomadas por las personas equivocadas y por las
razones equivocadas.
Jugando con fuego…
Lo que Cristina Kirchner y sus acólitos parecen olvidar en todo esto es
que si en materia de petróleo un país empieza a andar a los empujones
con el Reino Unido, los Estados Unidos y la Unión Europea, eso puede
generarle muchos y gravísimos problemas.
Últimamente, Kirchner ha levando su iracunda vocecilla quejándose de la
explotación ilegal británica del petróleo en la plataforma continental
argentina cerca de las Islas Malvinas…; ahora, nacionaliza YPF.
Todo ello en momentos en que las potencias occidentales han dejado muy
en claro ante el mundo entero su decisión de militarizar íntegramente
sus estrategias mundiales de acceso y control de fuentes petrolíferas
(si no me creen, pregúntenles a Irak, Libia, Afganistán o Irán).
Para colmo, simultánea e incoherentemente, la Sra. Kirchner también le
envía al Reino Unido y a los Dueños del Poder Global fuertes señales de
que Argentina tiene vocación pacífica y que jamás se le ocurriría
estructurar fuerzas armadas disuasivas mínimamente creíbles: todo ello
es música para los oídos británicos, estadounidenses y europeos.
En conclusión, o Cristina Kirchner es muy inocente y tontorrona o…
quizás esté jugando un rol mucho más sutil dentro de una vasta
estrategia global de los dueños del poder mundial, siempre atentos a
aprovechar alguna 'excusa' para intervenir militarmente en todo lugar
donde quiera que haya importantes recursos petrolíferos.
Adrian Salbuchi, para RT.
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentarista de radio y TV en Argentina
Fuente: ACTUALIDAD AR
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