¿NO QUERIAIS CAMBIO?, ¡PUES TOMA CAMBIO!
¿Qué tienen en común los gobiernos autonómicos de Madrid, Valencia y
Castilla y León? Al menos cinco cosas: los tres están en manos del PP
desde hace más de quince años, los tres eran hasta hace nada ejemplos de
buena gestión de la derecha, los tres alimentaron la trama corrupta
Gürtel, los tres mangonearon en las principales cajas de ahorro con las
que se forjó Bankia –el mayor desastre financiero de la historia de
España– y los tres han ocultado un importante agujero en sus cuentas
públicas que no hemos conocido hasta hace apenas dos días; un viernes
por la tarde, a última hora, a ver si así nos olvidábamos de la gravedad
de lo que está pasando en estas tres plazas donde ya no vale la excusa
de la “herencia recibida”. ¿Qué herencia? ¿La de Joan Lerma? ¿La de
Joaquín Leguina?
Por todo esto es cuestión que hagaos un poco de historia, curiosa historia por cierto, por ello aqui dejo una pequeña muestra de la cantidad de insensateces, mentiras y descerebraciones que se permitieron soltar por escrito algunos de los mas importantes personajes, muchos de los cuales hoy forman la cúpula de la dictadura a la que esta sometida esta nuestra pobre España.
Como comprobaran entre lo que prometieron y lo que han hecho en realidad hay un autentico abismo lleno de mentiras, falsedades, zizallero, mal intencionado y tocomochero..
Que el déficit español del año 2011 haya pasado de repente del 8,5%
al 8,9% no solo son 4.000 millones más –que ya es dinero–, nos saldrá
muchísimo más caro. Es un tremendo boquete en la imagen de España que ha
aparecido en el peor momento posible, cuando el país se juega una
intervención de la troika que supondría la ruina para toda una
generación, para los próximos diez años. Se suponía que las cuentas del
año pasado estaban ya cerradas; la mayor parte de las autonomías las
dieron por buenas en febrero. Presentar en mayo esta nueva e inesperada
desviación en el déficit es, en el mejor de los casos, una enorme
chapuza que no se puede ventilar como un ejercicio de “transparencia”, como repiten los portavoces populares.
El mismo viernes por la mañana el consejero de Economía de la Comunidad de Madrid, Percival Manglano, presumía desde Twitter
de que su Gobierno estaba este trimestre “en déficit cero”. ¿Nadie le
avisó del pufo que se iba a hacer público esa misma tarde? Peor aún es
el papelón de su predecesor en el cargo, Antonio Beteta, hoy número dos
de Cristóbal Montoro en el Ministerio de Hacienda y Administraciones
Públicas. Beteta es, precisamente, el responsable de auditar las cuentas
públicas de las autonomías. ¿Con qué autoridad podrá exigir al resto de
las comunidades que sean rigurosas con el déficit? ¿Sigue siendo el
hombre más adecuado para el puesto?.
Pero si malo es el agujero, peores son las excusas. Dice Percival Manglano
que esto ha pasado “por mantener los gastos sociales”. No solo es
injusto cargar el problema (después vendrá el tijeretazo) en la
educación o la sanidad. También es falso: el agujero en las cuentas
públicas tiene en España mucho más que ver con el desplome en los
ingresos, no con el aumento del gasto. Y es aún más falso en Madrid, una
de las comunidades con menor porcentaje de gasto social per cápita y
donde Esperanza Aguirre mantiene varios regalos fiscales tan caros como
insolidarios. Madrid, por ejemplo, bonifica al 99% el impuesto de
Sucesiones y Donaciones y es la única autonomía donde la enseñanza
privada desgrava en el IRPF: este “gasto social” suma 90 millones anuales.
También es Madrid, junto con Baleares, la única autonomía que aún se niega a recuperar el impuesto de Patrimonio, que aprobó a finales de septiembre Zapatero. Este impuesto solo lo pagan aquellas personas con más de 700.000 euros en patrimonio, descontando de esta cuenta la vivienda habitual: solo afecta al 0,3% de los españoles, los que cuentan con mayores recursos. Se calcula que en Madrid, este impuesto supondría 630 millones de euros anuales que Esperanza Aguirre prefiere no ingresar. Por comparar, la última subida del Metro recaudará solo 120 millones de euros anuales. En Madrid no hay dinero para el transporte público, pero sí lo hay para perdonar impuestos a los más ricos. Cuestión de prioridades.
Fuente: Escolar.net
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