Sr. Rajoy, ya que usted ha decido devolver España a la época del hambre, la miseria, la precariedad en servicios sociales y el tercermundismo en educación, donde los señoritos pueden comprar lápices y los hijos de los trabajadores no, le recordamos que no le tenemos miedo, ni a usted, ni a su grupo, ni a su policía, ni a sus servicios de seguridad. Porque más digno es pasar la vida en la cárcel defendiendo la libertad, que vivir con la desvergüenza y el deshonor que supone el bochorno de un pueblo que se siente traicionado y que ve como las promesas que usted le hizo fueron incumplidas.
Por esa razón, y ahora que difundir información es considerado delito, como Hitler así también lo consideraba, aquí le mostramos nuestras manos, para que venga a esposarlas y encarcelarlas cuando usted crea necesario.
Desde aquí, vamos a seguir contando todas las monstruosidades que su gobierno está realizando, y seguiremos siendo la voz del pueblo. Le guste a usted, o no.
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